miércoles, 29 de agosto de 2007

San Lamberto de Zaragoza


La tradición popular hace de este patrono de los labradores aragoneses el protagonista de un pasmoso milagro: decapitado por su fe, recogió su cabeza y la llevó hasta su tumba.

¡Qué tremendo paseo, el de este hombre! Decapitado a espada por su señor, cogióla entre las manos y, así, con ella ensangrentada y caminando tras sus bueyes, anduvo largo rato hasta llegar a lo que hoy es iglesia de Santa Engrancia, en Zaragoza.

Lamberto era un labrador. Su amo, no aclara bien el relato tradicional si romano o musulmán. Conminado a abjurar del cristianismo, no quiso hacerlo y lo pagó con su vida. Esto nos cuenta la creencia piadosa, recogida por escrito no antes del siglo XV. El martirologio romano lo conmemora el 16 de abril; el calendario litúrgico local, el 19 de junio. Su devoción creció mucho cuando el consejero de Carlos I, cardenal Adriano de Utrecht, recibió en España la noticia de haber sido elegido papa. Era el año de 1522. Adriano VI llega a Zaragoza. Conoce la existencia del mártir zaragozano. Tiene muy especial devoción por otro Lamberto, que es patrono de Utrecht, su ciudad natal, y pide visitar la tumba. La ciudad le regala una reliquia del cráneo, en artístico estuche de plata, para que la lleve a Roma con él. Agradecido, el nuevo pontífice da su venia a la fundación de un convento dedicado al mártir labrador, en cuyo lugar está ahora el cuartel militar de este nombre. Y don Hernando de Aragón, el arzobispo mecenas, dará diez mil ducados de oro para que, en efecto, se construya.

Las acciones francesas de agosto de 1808 causaron grave daño en las reliquias lambertinas, parte de las cuales se han salvado. Patrono de los labradores aragoneses, fue impresionantemente recreado por Goya en sus frescos de la «Regina Martyrum».

Fuente

...

No hay comentarios: